El nacimiento del primer hijo marca un hito familiar. En lo jurídico se aplicaba el mayorazgo, referido a la herencia. En el reparto de bienes se beneficiaba al mayor de los hijos varones, aunque a veces también la hija primogénita. No por eso se desheredaba al resto de la prole. En la actualidad, perdió vigencia y sólo se lo aplica a los beneficiados por títulos nobiliarios.
El escritor argentino José Rafael Hernández (1834-1886) es el autor de la obra poética: “Martín Fierro.” En ella describe las vicisitudes del gaucho protagonista y pone en su boca sabios consejos. Uno de ellos es: "Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera, / tengan unión verdadera, / en cualquier tiempo que sea, / porque si entre ellos se pelean / los devoran los de afuera.”
Esa recomendación se complementa con la sabiduría oriental. Un proverbio chino indica: “Cuando dos hermanos trabajan juntos, las montañas se convierten en oro.” A lo dicho se añade una moraleja hindú: “Ayuda a que la barca de tu hermano pase al otro lado, y veras como tú también llegarás a la orilla.” Reflexiones que estimulan la unión fraterna, porque por los lazos familiares se entreteje un “gran hermano.”
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