Las leyes cuando se eluden evitando las condenas jurídicas, dan por cumplido el dicho: “Hecha la ley, hecha la trampa.” Eso denota un grado de corrupción que invade el orden social con favoritismos o sobornos. El historiador romano Tácito (55-115) enseña que: “En un espíritu corrompido no cabe el honor.” El jurista francés Montesquieu (1689-1755) autor del libro “El Espíritu de las Leyes,” dice que: “Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.”
La sabiduría popular pregona con ironía que: “El vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo.” Eso nos alerta de quienes a nuestro lado aplican sin escrúpulos la viveza criolla.