Las ordenanzas son para cumplir. Las decisiones de un jefe pueden interpretarse de disímiles maneras. En cambio, las directrices de un líder, dadas con claridad y precisión, son para efectuar sí o sí, sin mediar alternativas. El orden, como ubicación de lugar, evita la desorganización. El filósofo cristiano San Agustín (354 d C-430 d C) reflexiona: “Cuida el orden para que el orden te cuide a ti.”
En el lenguaje coloquial, la apócope de una palabra es la supresión de su sonido final. En el caso de “pa,” según lo que se pretenda, puede referirse a la preposición “para.” El adverbio de lugar “allá” indica una dirección.
El griego Hipócrates, (460 a C 370 a C) es considerado el padre de la medicina racional y precursor de la ética médica, enseña: “Caminar es la mejor medicina del hombre.” El poeta español Antonio Machado, (1875-1939) es recordado por su poema: “Caminante no hay camino.” Es una alusión existencial porque cada uno va haciendo su propio sendero en la vida. Si la meta propuesta es precisa, avanzar hacia ella es posible, con esfuerzo y perseverancia, Si se da lo contario, surge la desorientación y si uno es débil de carácter, otros se imponen ordenando: “¡Anda pa´ allá!”