domingo, 22 de diciembre de 2013

El arbolito, un pesebre y dos emperadores


Antiguas costumbres europeas consideraban ciertos árboles como sagrados, entre ellos el roble, el abeto y también el pino. De ahí la tradición de adornar un arbolito en conmemoración de las festividades navideñas. Las lucecitas de colores que lo engalanan son en alusión a las supuestas flores que se abrieron en Noche Buena y la estrella adosada en su extremo superior simboliza a aquella que guió a los Reyes Magos camino a Belén. 

San Francisco de Asís (1182-1226) fue quien ideó el primer pesebre. En diciembre de 1223 explicó el significado de la navidad a los aldeanos de la región de Greccio, situada en el centro—sur de Italia. Para ello ubicó en un establo a un burro y a un buey junto a una imagen del niñito Jesús reclinado en una cuna de paja. Esta enseñanza didáctica fue para advertir que Cristo nació en un refugio donde unos pastores guardaban su ganado, a las afueras de Belén, porque no había hospedaje para María y José en esa ciudad.

La localidad de Belén se halla a unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén. El emperador Adriano (76-138) quiso borrar todo vestigio del nacimiento de Jesucristo y sobre la cueva en la cual había nacido hizo edificar un templo dedicado Adonis, el dios de la vegetación. Dos siglos después, en ese mismo lugar, el emperador Constantino (272-337) hizo construir una iglesia que se la conoce como la basílica de la Natividad. Adriano y Constantino,  dos emperadores romanos  que reafirmaron una verdad histórica.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Hay piedras y piedras.


Hay  piedras que llaman la atención por su color, forma, tamaño, y consistencia. Están las que se emplean para ornamentar y otras que son “preciosas,” por sus cualidades. Entre ellas su coloración y transparencia; su  dureza y resistencia, tanto al calor como a los efectos químicos naturales.

Se  destacan como “piedras preciosas:” 
  • El diamante,  que  es posible  hallarlo  en profundidades extremas   de la superficie terrestre.
  •  La esmeralda, los persas así la designaban  por ser  “un guijarro de color verde.”
  • El topacio,  los antiguos lo consideraban  como un talismán poderoso. Los egipcios y romanos  creían que el dios sol le confería ese matiz dorado, con el cual se distingue.
  • El rubí,   por ser  rojizo, su nombre proviene del   latín  “ruber” que significa rojo
  • El jade,  empleado como amuleto  porque se le adjudican  poderes mágicos e influencias de sanación.

Hay piedras y piedras.

En alusión  a la ignorancia humana y a los errores, se afirma que: “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.”