“Más vale prevenir que curar.” (Refrán)
En su afán de ayudar al prójimo, el polaco Leo Gerstenzang (1882-1973) inventó y patentó un palillo con una bolita de algodón en su extremo. Su utilidad es para higienizar y aplicar remedios en cavidades del cuerpo, se denomina hisopo.
En medicina, se usa para comprobar con urgencia si hay gérmenes que afectan las amígdalas, la parte posterior de la garganta o la faringe. El resultado será positivo o negativo según lo analizado en un laboratorio. Si hay virus o no, se lo constata por el hisopado.