Este refrán popular expresa la no conveniencia de hablar o de hacer aquello de lo cual no se está al tanto. Sobresalieron personajes que se ocuparon de otros menesteres siendo zapateros conocedores del oficio. Entre ellos se destacaron:
- El poeta y dramaturgo Juan Sachs (1494-1576) nacido en Nüremberg.
- El reconocido filosofo alemán Jacobo Böhme (1575-1624) afincado hasta su muerte en Görlitz. (Silesia)
- El eximio pintor Bartolomé Esteban Murillo, (1611-1682) director de la Academia de pintura de la ciudad de Sevilla
- El Rey de España Carlos III (1759-1788) quien con destreza confeccionó los zapatos que calzaba.
- El científico sueco Carlos Linné (1707-1778) que llegó a ser profesor de botánica en la Universidad de Upsala, a la edad de 40 años e ideó el sistema de clasificar las plantas, pero antes supo arreglar los zapatos de sus conciudadanos.
- Jorge Stephenson, (1781-1848) ingeniero inglés, pionero del ferrocarril, constructor de la primera locomotora llamada “Rocket” cuya velocidad máxima llegó a 22 kilómetros por hora, fue su entretenimiento el de ser zapatero remendón.
- El literato ruso León Tolstoi (1828-1910) quien en sus escritos defendió la justicia y la verdad, también supo reparar calzados.
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