En España se llamó así a un juego de naipes que tiende a superar al contrincante, con simulaciones engañosas. La picardía está en tener o aparentar barajas con numeración superadora.
Ese entretenimiento, en América del Sur se divulgó rápidamente y se arraigó en territorio argentino. Es un juego que emplea habilidades engañosas. La astucia, conocida como un truco, logra un determinado fin con medios aparentes.
El ilusionismo es un arte que hace suponer realidad lo inverosímil. El prestidigitador entretiene y asombra a su público. A muchas personas les agrada vivenciar, aunque sea por unos instantes, la sorpresa de la distorsión mágica de los hechos.
El mago estadounidense David Copperfield (1956) advierte: “El verdadero secreto de la magia está en la presentación.” Destreza que emplean los animadores, en sus prólogos artísticos.
El padre del ilusionismo moderno, el francés Robert Houdin (1805-1871) afirma: “La vida es un constante acto de equilibrio entre la ilusión y la realidad.” Reflexión que obliga distinguir a quienes encandilan al prójimo y confunden a sus conciudadanos, dando muestras de un truco o insistiendo ¡quiero, retruco!
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