“Mano lavada, salud bien guardada.” (Refrán)
El higienizarse las manos, con abundante agua y jabón, evita la transmisión de enfermedades. El decir popular certifica que “más vale prevenir que curar.” Es un consejo para impedir que ocurran hechos negativos y descartar efectos adversos.
El húngaro Ignacio Felipe Semmelweis (1818-1865) médico obstetra descubrió la efectividad del aseo de las manos, en la atención de las parturientas.
En el idioma español, quien tiene una responsabilidad pero se deslinda de ella excusándose, se dice que se lava las manos como Poncio Pilatos. Personaje mencionado en la Biblia, que ordenó la crucifixión de Jesús de Nazaret. Luego, se excusó de esa decisión. Los historiadores como Filón, Flavio Josefo y Tácito lo mencionan como autoridad de la región de Judea.
Una locución latina medieval indica que “una excusa no pedida es una acusación manifiesta.” El refranero español la rescató y expresa que: “El que se excusa se acusa.” Esa alusión bien le cabe a Pilatos al explicar la inconsistencia de sus pretextos.
El dejar correr el agua jabonosa entre los dedos no es una insinuación a Poncio Pilatos, pero sí es higiénico y conveniente el lavarse las manos.
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