jueves, 30 de abril de 2020

El cuento de la buena pipa


“Lo convenido, debe ser cumplido.” (Refrán)

Quienes hoy peinan canas y aquellos que cargan sobre sus hombros varias décadas, recordaran el título mencionado. Se azuzaba la avidez de un niño al averiguar si deseaba oír ese cuento. La rápida y espontánea respuesta afirmativa siempre era desechada por el presunto narrador, quien preguntaba
con empeño varias veces lo mismo. Por esas reiteraciones, la motivación del chiquillo decaía con fastidio. Ese enunciado vacío de contenido narrativo era una broma que espantaba la cándida ilusión y agotaba la paciencia.

El físico alemán Alberto Einstein (1879-1955) aconseja que “si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento.” Esa sería la advertencia que cabría para el caso en cuestión. Un proverbio árabe advierte que: “La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.” Esto es a modo de prevención ante quien proponga narrar el cuento de la buena pipa.

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