viernes, 30 de diciembre de 2016

Ocho cuarenta


“Las matemáticas se escriben para los matemáticos.”(Nicolás Copérnico)

Alguien dijo que “los números gobiernan el mundo”… Aquí no se trata directamente de ellos, pero sí de la numeración correspondiente a un edicto policial que pena la prostitución.

Se alude con los dígitos “ocho cuarenta,” en la jerga urbana argentina, al personaje masculino que se beneficia prostituyendo mujeres. En lunfardo se lo conoce como “cafishio”, “fiolo” o también “cafiolo.”

En Paris, el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas adhiere a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En su artículo 4° dice: “Nadie estará sometido a esclavitud o servidumbre…” Lo dicho involucra al comercio de seres humanos con su faceta de explotación sexual.

Atentar contra la libertad y la dignidad del prójimo es una manera actualizada de esclavitud. El filósofo griego Epícteto (55-183) pregunta y aconseja: “¿Quieres dejar de pertenecer al número de esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho.”

El violar los derechos de las personas es un delito internacional de lesa humanidad. En consecuencia, quien los vulnera trasgrede y es un delincuente que le cabe con exactitud matemática el sobrenombre de “ocho cuarenta.”