lunes, 21 de enero de 2013

Se atreven a salir de la colmena.




 “Apis melífera”  es la denominación científica de la abeja productora de miel, conocida  como doméstica o europea. Entre  ellas  hay  tres categorías: la  reina, las obreras y los zánganos.

Karl R. von Frisch  se abocó al estudios del comportamiento animal en lo individual y grupal, su organización. En 1973  obtuvo el premio Nobel de Medicina y Fisiología, que compartió con Konrad Lorenz y Nikolaas Tinbergen.

En una colmena, el 85 % son obreras y un 15 % son zánganos. Estos propician la fecundación de la reina que es la única fértil. Ella deposita los  huevos fecundados  en celdas hexagonales y en línea horizontal,  construidas por las obreras que segregaron  cera  y conformaron  el panal. No obstante de ser  ellas hembras infecundas, crían las larvas, recolectan  néctar y acumulan  polen para alimentarlas.  

Las  destinadas a ser  reinas son nutridas  con jalea real y subsisten  en celdas de mayor tamaño, alineadas verticalmente.  Las abejas  reinas permanecen en la colmena .Sólo una de ellas sale cuando constituyen un nuevo   enjambre. Su  promedio de  vida, como máximo,  es de tres años y él de las obreras es de tres meses. 

Al descubrir un lugar florido se comunican entre sí para  indicar  la orientación,  el  lugar  y su  distancia. Este lenguaje se lo conoce como la danza de las abejas  porque realizan   movimientos vibratorios. Las flores rojas no son de su preferencia,  no distinguen ese color pero  sí el amarillo, el azul, el verde,  el morado y  el anaranjado.

En el lapso de un cuarto de hora, una abeja puede volar  5 kilómetros y agitar  sus alas  unas  1.800 veces. Son sensibles a las bajas temperatura: si es inferior a 10 grados  no vuelan y si es superior a los 20 grados se atreven a salir  de la colmena.