lunes, 27 de julio de 2015

Un guarango


“Tal el hombre debe ser, como quiera parecer.” (Refrán)

Ser un guarango alude a quien da muestras de una conducta inaceptable por vulgar, grosera, torpe o descarada. Su significado varía, en el idioma español, según el lugar geográfico. Bien dice el refranero popular: “Árboles y hombres, por sus frutos se conocen.”

Es curioso destacar que en la región andina, desde Venezuela hasta Chile crece un arbusto llamado guarango que no es nada despreciable por sus bondades. Se adapta con facilidad a los terrenos semiáridos. Sus raíces fijan el nitrógeno en la tierra y de sus vainas se extrae tanino vegetal. El colágeno que guarda en sus frutos se emplea en la industria alimenticia y en la fabricación de pinturas. La forestación con árboles de guarangos enriquece el suelo y favorece a las economías regionales.

Hesíodo, poeta helénico que vivió en la Antigua Grecia, afirma que: “La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz.” De ahí que las enseñanzas bien aplicadas alejan a uno de ser un guarango.