sábado, 27 de julio de 2013

A falta de pan….


Este título alude a un refrán español cuyo enunciado es: “a falta de pan buenas son tortas.” Es una invitación a contentarse y a estar conforme con lo que se tiene si no se ha logrado algo mejor. Este dicho estuvo en boca de los marineros españoles y portugueses. 

Allá por el siglo XV surcar los mares tenía sus riesgos y uno de ellos era la alimentación. El suministro de pan en cantidad era difícil y su elaboración dificultosa porque la harina almacenada se humedecía en las sudorosas bodegas de los navíos. 

Los navegantes, antes de iniciar sus prolongadas travesías, eran abastecidos por los panaderos quienes elaboraban un amasijo conocido como pan de barco, bizcocho, pan pirata o galleta marinera. Su consistencia era solida porque lo horneaban dos veces para librarlo de la humedad y así seco lo conservaban por más tiempo 

El nutricionista francés Antonio Agustín Parmentier, (1737-1813) fue el creador de la “Escuela de Panadería” en su país natal. Además, propició en los cuarteles el consumo de la galleta conocida como de los ejércitos” (biscuit des armées) que luego la consumieron los marinos y se la llamó “galleta de mar.” (biscuit de mer) 

Aún en nuestros días perdura la popularidad de la crocante “galleta marinera.” Ella nos recuerda que “cuando hay hambre, no hay pan duro.” A su vez, un proverbio árabe nos advierte que “el significado de un pedazo de pan dependerá del hambre que tengas.”